Hoy en un día tan especial queremos compartir las palabras de la Sra. Elena Spengler dedicadas a sus docentes:
Queridos maestros, no es fácil encontrar las palabras justas para definirlos, nadie puede decir donde termina su influencia, un maestro no solo enseña, tiene la sensibilidad de hablar al corazón de los niños. Ser maestro es más que una vocación es un proyecto de vida. Difícil se me hace encontrar las palabras a ustedes a quien yo considero "mis maestros", por eso me parece que con esta historia podía referirme a todos.
"Los dones de los Maestros"Se dice que cuando Dios otorgó dones a los maestros, se inspiró en una perfecta gota de agua cristalina, al observar la gota, un rayo de luz la cruzó descomponiéndola en colores con los cuales Dios se inspiró para dar los siguientes dones:
Al ver al violeta pensó en cuanta sabiduría deben tener los maestros, no sólo en conocimientos, sino para saber como tratar a sus alumnos, sabiendo que son como una placa de cemento donde queda marcado todo lo que se les de, y así otorgo el primer don.
Con el rosa pensó en la paciencia para al entrega que se necesita en cada clase, habrá días fáciles, sin embargo para preservar en los días difíciles necesita de este recurso indispensable.
El rojo lo utilizó para representar la pasión con la que se entrega diariamente a cada alumno que recibe cada año. La pasión es tan intensa que no habría sido mejor representada.
Al ver el naranja pensó que el maestro no podía quedarse sin creatividad y entusiasmo para transmitirlos en cada clase...incluso en cada examen.
El color amarillo brilla tanto como la alegría que Dios quiso inspirarle a los maestros por que sabe que de su mano saldrán adelante aquellos alumnos que requieren de un esfuerzo extra. ¡Cuanto regocijo se recibe al saber que sacaste adelante a un niño.
Con el verde se inspiró para otorgar el don del crecimiento de espíritu y mente. UN crecimiento que acompaña tanto al maestro como al alumno. Tan ocupado estaba Dios pensando en los dones y creándolos con tanto amor, que de pronto se dio cuenta que había anochecido.
El negro de la noche lo hizo pensar en que debía crear algo para ayudar al maestro a encontrar fuerzas para encarar las pruebas y temores que pudiera enfrentar. Una fuerza que no le permitiera desfallecer y que le ayudara a pensar que aún cuando está más oscuro en la noche, hay algo que siempre brilla. Una estrella lo inspiró en el ultimo pero tan importante don "El amor". Habiendo terminado, Dios se retiró a descansar sabiendo que había otorgado dones tan especiales y preciados a esas personas tan especiales que son los maestros.
Que Dios los bendiga siempre queridos maestros en su vida laboral, espiritual y personal.
Señor al comenzar un nuevo día, al ver la luz que surge ordenada y quieta, encomiendo mi labor. Tu me hiciste para esto, pusiste mi fervor, la paciencia, la alegría, la comprensión. Quiero amar a mis alumnos con la misma ternura con que tu amaste al mundo. Dejame respetarlos con el mismo respeto que tu tienes por el hombre. Quiero ser seguidor de las palabras que pronunció Jesús: "Por que cualquier cosa que hicieres a estos pequeños, a< mi me lo hicisteis" Llevame por tu senda, dame tu mano fuerte, pon en mis labios consuelo para yo darle a ellos todo lo que deseen porque dando es como recibimos. Que así sea. Amén.
Feliz día todos los que de una manera u otra están implicados en el ministerio de educar, formar, y enseñar a otros.
