viernes, 20 de marzo de 2020

MENSAJE DE NUESTRO PASTOR A LAS FAMILIAS


¿EN QUÉ CONFIAMOS?

“Hermanos, queremos que sepan cuántas dificultades tuvimos en la provincia de Asia. Fue una prueba tan dura que ya no podíamos resistir más, y hasta perdimos la esperanza de salir con vida. Nos sentíamos como condenados a muerte. Pero esto sirvió para enseñarnos a no confiar en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos”. (2Corintios 1:8-9)

“Las cosas siempre suceden por algo”, parece que estoy escuchando a mis antepasados hablándome otra vez. Y también recuerdo que alguna vez estas palabras, si no salieron de mi boca, sí estuvieron en mi mente. Lo que recuerdo muy bien, es que esta frase aparece cuando no sabemos el “por qué” de lo que nos sucede en la vida.

El texto bíblico citado corresponde al testimonio de un apóstol (mensajero) de Jesucristo. Y uno no deja de sorprenderse que, aun siendo seguidores de Jesús, tuvieran que pasar por situaciones tan difíciles.

Es que Jesús nunca les prometió que no tendrían dificultades; Él dijo: Juan 16:33  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.  En el mundo tendréis aflicción,  pero confiad,  yo he vencido al mundo”.

El “Coronavirus” ha puesto en “jaque” todos los sistemas del mundo: los de salud, de economía, políticos, de valores, etc., y es posible que hasta nuestra manera de vivir también se vea afectada, trayendo angustias, incertidumbres, desesperanza, miedos, etc.

Estoy seguro que a esos seguidores de Jesús no les agradó, en principio, pasar por esas situaciones tan complicadas; y a nosotros tampoco…! Pero sirvieron para algo: “enseñarnos a no confiar en nosotros mismos, sino en Dios”

Dios no es un simple proveedor, un solucionador de problemas terrenales, Él es el Salvador que dio su vida para que, aun estando de cara a la muerte, podamos hacerlo con la seguridad que así como Él resucitó, nosotros también lo haremos para una vida eterna.

¿Cómo se puede tener esa seguridad? Confiando únicamente en Jesús, nuestro Dios y Salvador. Él ocupó nuestro lugar en la cruz para pagar la culpa del pecado de toda la humanidad. Y nos regala este beneficio a los que creemos y confiamos en Él.

Aprovechemos esta crisis para evaluar nuestra relación con Dios. Si nunca la hemos tenido, ¿por qué no comenzar ahora?. Si la hemos abandonado, ¿Por qué no volver a relacionarnos con el Creador?. Y si la tenemos, por qué no preguntarnos ¿en qué confiamos?
Porque “las cosas siempre suceden por algo”.

Oración: Señor Jesús, que conoces cuál es mi situación en este momento: ayúdame a confiar en Ti por sobre todas las cosas. Amén
                                                              Daniel J. Klenovsky, Pastor Iglesia Evangélica Luterana de Paraná.